domingo, 7 de julio de 2013

AL PADRE DE ALVARO URIBE V LO ASESINARON LAS FARC?

El día más triste de su vida
Álvaro Uribe se confiesa. Álvaro Uribe tenía una estrecha relación con su padre, Alberto Uribe Sierra. En la foto, tomada en su posesión como alcalde de Medellín, aparece con él.
Álvaro Uribe con su padre, Alberto Uribe Sierra

Uribe revela por primera vez qué pasó cuando las Farc asesinaron a su padre.
“Mi padre fue asesinado en la tarde del 14 de junio de 1983 durante un intento de secuestro. Le dispararon dos veces; una en la garganta y otra en el pecho, el disparo que lo mató. Tenía 50 años. De acuerdo con los testimonios de nuestros vecinos y de los trabajadores de Guacharacas, el crimen fue cometido por cerca de 12 hombres del llamado frente 36 de las Farc. Esa noche creímos que los sicarios habían secuestrado a mi hermana, pero para nuestro alivio descubrimos que una profesora la protegió por varias horas; la lealtad hacia mi padre la llevó a arriesgar su propia vida. Santiago permaneció varios días en estado crítico en el hospital; fue un milagro que hubiera sobrevivido. Los criminales responsables del ataque nunca fueron capturados.

Quienes conocieron la amabilidad y la generosidad de mi padre lamentaron la tragedia y cerca de 10.000 personas de todo el país asistieron a su entierro. En mi familia su asesinato tuvo, a través del tiempo, consecuencias desgarradoras e impredecibles: Jaime –el único hermano a quien la gente solía describir como el heredero del sentido del humor y la alegría de vivir de mi padre–, incapaz de aceptar su muerte no volvió a ser el mismo; murió de cáncer de garganta en 2001. Mi medio hermano Camilo creció sin su padre: solo tenía diez meses en el momento del asesinato. En el entierro, mi esposa Lina se sintió mal; días después nació nuestro segundo hijo tres meses prematuro y con muy pocas probabilidades de sobrevivir.

Trece años después llegó la tragedia final a Guacharacas. El 25 de febrero de 1996 –yo ejercía entonces como gobernador de Antioquia– militantes del Ejército de Liberación Nacional (ELN) irrumpieron en la finca y quemaron la casa. Unos días después un trabajador que había crecido en la finca y amado a mi padre nos propuso quedarse en la propiedad y hacerse cargo de lo poco que quedaba. Le dijimos que sí. El ELN lo mató el 31 de mayo de ese mismo año.


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