Antes de morir, Litvinenko dejó una carta. En ella apuntaba al propioVladimir Putin como responsable de su muerte
Alekander Litvinenko fue enterrado en un ataúd antiescapes radioactivos. No es algo habitual, como tampoco lo fue su muerte ni las circunstancias que la rodearon. Lo que sí se sabe con certeza es que el exagente de la KGB fue envenenado con polonio-210. Fue en 2006 y falleció tras veinte días de agonía en un hospital londinense. El exespía había pedido asilo en 2002 al Reino Unido por la «incesante persecución» a la que le sometían los servicios secretos rusos tras denunciar una serie de acciones ilegales del FSB (antiguo KGB).
La teoría más extendida es la de que Litvinenko fue envenenado el 1 de noviembre, cuando comenzó a sentirse mal. Ese día quedó con Andrei Lugovoy, un exoficial de los servicios secretos rusos que entonces dirigía una agencia de guardaespaldas en Moscú. El exagente tomó un té con Lugovoy y con otro antiguo colega, Dmitri Kovtun. Un tercer ruso, Vyacheslav Sokolenko, también estuvo presente, aunque aseguró que solo saludó a los presentes.
Antes de morir, Litvinenko dejó una carta. En ella apuntaba al propioVladimir Putin como responsable de su muerte. Por su parte, la investigación de Scotland Yard apuntó a Lugóvoi como autor del envenenamiento y la Fiscalía británica pidió la extradición del también exespía ruso, anuque las autoridades rusas se negaron.
Por su parte, Lugovoi, se declaró inocente y acusó al MI-6. Según su versión, ofrecida en rueda de prensa, Litvinenko y el magnate ruso Berezovsky, ambos reclutados por el servicio secreto británico, intentaron que «Litvinenko también se uniera. «Litvinenko escapó al control del MI-6 y fue liquidado», aseguró.
En los últimos años siguen surgiendo nuevas teorías. En ellas se involucra tanto a Berezovsky como a grupos chechenos e incluso a mafias arraigadas en España.
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