Carolina Pulqui: la hija escondida de Cristina Kirchner
Al inconcebible abandono se le sumaría una serie de injustificables razones. Una de ellas sería la temprana edad en la que Cristina habría dado a luz a la pequeña, algo bastante condenado para una joven de 19 años en los años 70. La otra causa de abandono de la niña sería que la misma habría nacido con las capacidades mentales reducidas.
Carolina Pulqui, es el nombre de la hija no reconocida de Cristina, la cual no sería producto de la relación de la actual presidenta con Néstor Kirchner, sino el resultado de un corto pero pasional amorío con un maduro militante peronista mendocino.
El futuro de la pequeña Carolina parecía estar escrito: Cristina era demasiado joven, él demasiado viejo y nada estaba bien visto, incluso el síndrome de down con el que habría nacido la pequeña y que pareció terminar de convencer a Cristina. No había otro remedio, el abandono de la niña parecía perfilarse como la única opción. Pero nada puede esconderse bajo la tierra. Fuentes cercanas al staff íntimo de la presidenta afirman que Cristina habría quedado estupefacta el día en que Carolina la señaló por la calle en un encuentro casual por La Plata. “¡Mamá!”. Habría gritado la niña mientras apuntaba a la, en ese entonces, Primera Dama.
Cristina siempre habría querido mantener las contadas visitas al Centro de Rehabilitación San Juan de Dios de La Plata -lugar donde se habría desprendido de Carolina al nacer- lo más ocultas posibles, queriendo hacer de cada visita a la niña un acto casi desapercibido. Pero la popularidad política de Cristina fue haciendo esta rutina cada vez más ardua, y la gente habría empezado a sospechar. El traslado de Carolina a otra institución habría sido inminente.
La casona de la Avenida Alvear, entre Rodríguez Peña y Montevideo le habría parecido a Cristina el mejor lugar donde resguardar a su hija de ya 36 años. El terreno no sería una clínica o centro especializado alguno, sino una simple casa vieja y oscura de la Recoleta, donde tutores se encargarían del cuidado de Carolina.
Realmente no lo sabia que tristeza.
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